Un #berrinche #niño es un arrebato emocional que sucede cuando un niño está tratando de obtener algo que quiere o necesita. Son bastante comunes en infantes y preescolares, pero tienden a disminuir una vez que los niños desarrollan el lenguaje y pueden expresarse mejor, esto se logrará si tienen un buen modelaje por parte de sus cuidadores primarios, especialmente sus padres. En definitiva, los niños pueden controlar esta conducta.
La etapa crítica es entre los 2 y 3 años, luego disminuyen si se han manejado adecuadamente logrando así edificar en ellos autocontrol sobre sus emociones, esta habilidad se aprende no se nace con ella.
Los #berrinches son normales y de hecho hay autores que dicen que son “la semilla de la voluntad”, sin embargo, dependiendo de cómo los manejes puedes favorecer la presencia de comportamientos desafiantes o, por el contrario, promover la independencia, autoestima y manejo adecuado de las emociones del niño .
Cuando los niños son pequeños aún no saben cómo regular y expresar adecuadamente sus emociones; éstas surgen de manera espontánea sin que intervengan decisiones conscientes, lo que provoca que pierdan el dominio que tienen sobre sí mismos, que les cueste trabajo pensar antes de actuar, prever las consecuencias de su conducta y se les dificulte actuar de acuerdo a lo esperado.
Generalmente los #niños lloran, gritan o hacen berrinches cuando enfrentan situaciones en las que se sienten #frustrados, enojados, con miedo, angustia o como una respuesta a su deseo de ser más independientes, generalmente cuando quieren hacer mas cosas de las que pueden hacer.
Algunas situaciones que dan pauta para que estos comportamientos se presenten en el niño son :
1. Cuando sus necesidades básicas no están satisfechas ejemplo cansancio, hambre y sueño.
Falta de atención, ejemplo cuando nace un nuevo hermanito o mamá está ocupada.
Dificultad para expresar lo que siente o necesita con palabras.
Ejemplo: no quiere la galleta blanca si no la de chocolate.
2. Falta de desarrollo de habilidades para hacer u obtener algo por sus propios medios
o para resolver un problema por sí solo ejemplo: no puede abrocharse el botón y
ya se hace tarde.
3. Deseo de hacer algo... quiere ir al parque con su mamá pero ella está ocupada.
4. Sobrestimulación, después de haber ido a una fiesta o lugar ruidoso.
5. Aprendizaje de modelos por parte de sus cuidadores cuando reaccionan
desproporcionadamente.
Quizá te preguntes por qué los niños no hacen berrinches con todas las personas y la respuesta es sencilla, los niños se sienten más seguros mostrando sus sentimientos con personas conocidas en las que confían, por lo que no tienden a hacer berrinches con personas extrañas pues tampoco les funcionan.
Respuestas comunes ante los berrinches
Es posible que cuando un niño hace berrinches en tu presencia, te sientas enojado, avergonzado, impaciente o impotente. Tal vez porque crees que lo hace para conseguir
algo o porque quiere desobedecerte, sin embrago, esto no es así .
Como respuesta, es común que los adultos busquen modificar el comportamiento del niño, aislándolo, ignorándolo, mandándolo a tiempo fuera, amenazándolo, criticándolo, dándole un sermón o castigándolo; para forzarlo a modificar el estado emocional que le causa malestar. Sin embargo pocas veces se percatan de los sentimientos que están detrás del comportamiento.
Este tipo de respuestas incrementan los sentimientos de angustia o ansiedad en el niño, lo que provoca una dinámica negativa e incrementa la permanencia y presencia posterior de berrinches. Además, es difícil que ante regaños o gritos los niños aprendan de esta experiencia, pues sus estados emocionales son tan intensos que tienen poca energía para aprender .
Aunque castigar, golpear o gritar, pueden tener resultados inmediatos, él no podrá comprender cómo expresar adecuadamente sus emociones, ni desarrollará su autonomía y responsabilidad; además existe la posibilidad de que posteriormente tenga dificultades para manejar situaciones conflictivas o frustrantes y le sea difícil desarrollar relaciones cercanas, empáticas y confiables con los demás.
A continuación te presentamos algunas opciones que te ayudarán a prevenir los berrinches o, en caso de que se presenten, a responder ante estos mediante pautas sencillas.
¿Qué necesitas? Principalmente #amor y #paciencia para apoyar a los niños
1.Establece límites razonables, no le pidas más de lo que pueda dar y no esperes que se comporte a la perfección.
2. Propón actividades alternativas para pasar el tiempo y evita permanecer mucho tiempo en lugares donde el niño no pueda jugar, requiera estar sentado o sin hacer nada. Mantén una rutina diaria y promueve hábitos saludables de sueño y alimentación para que sepa qué esperar. Recuerda que es más complicado para los niños controlarse en momentos de estrés y cambio como cuando enferman o entran a la escuela.
3. No lo expongas a situaciones en las que se sienta frustrado, como realizar juegos muy complicados para su edad.
4. Reconoce sus ritmos naturales y sus gustos para que puedas darle opciones y sienta que tiene cierto control. Por ejemplo, si no se quiere bañar puedes decirle: “Es hora de bañarte, ¿prefieres llevarte tu carrito o este muñeco para #jugar?”.
5. Sé un ejemplo, evita gritar o discutir frente a él. Si quieres que el niño aprenda maneras adecuadas de solucionar conflictos sin golpes o gritos es importante que tú le muestres cómo hacer.
A través de estas respuestas le mostrarás al niño que lo aceptas, que lo comprendes, que lo apoyas en situaciones difíciles y él podrá desarrollar su capacidad para recuperarse de una crisis emocional.
Mientras los niños crecen y van madurando aprenderán a expresar de diferente manera sus emociones, se volverán más autónomos, comprenderán mejor su entorno físico y social; podrán conocer y practicar nuevas maneras de enfrentar las situaciones adversas, por lo que los eventos externos serán más fáciles de predecir y provocarán menos confusión y ansiedad. Todo esto favorecerá que desaparezcan paulatinamente los berrinches, de modo que para los 7 años estos comportamientos sean solo ocasionales. De no ser así es conveniente buscar un especialista.
Recuerda que tu amor y paciencia, así como la relación que tengas con tu hijo harán más fácil esta etapa.
A continuación te propongo algunas recomendaciones sencillas que puedes realizar cuando un niño haga un berrinche:
1. Sé paciente y mantén la calma, pues al enojarte sus reacciones pueden empeorar.
2. Permite que llore o se exprese a su manera hasta que pase el berrinche en lugar
de pedirle que te explique.
3. Muévelo a un lugar seguro donde puedas acompañarlo si ves que hay riesgo de que se lastime o dañe a alguien
4. Quédate cerca de él hasta que el berrinche pase, preferentemente en silencio.
5. Ayúdalo a reconocer sus sentimientos, identificando cómo se siente y
describiéndole de manera tranquila y sencilla lo que le pasa, así lo ayudarás a darle un significado a lo que siente, le mostrarás cómo expresarse, y sabrá que más allá de lo que pase lo aceptas y estás a su lado. Ejemplo: “Veo que estás cansado y quieres recostarte”
6. No le des premios para detener los berrinches, pues puede creer que ésta es una manera de obtener algo.
7. Si crees que estás a punto de perder el control, dile que lo dejarás por un momento y que regresarás pronto para ver como está, obviamente si el niño está seguro.
Al terminar el berrinche
1. Evita mandarlo a otro espacio, decirle que no lo quieres, avergonzarlo o hacerlo sentir culpable, así como castigarlo o pegarle, pues esto hará que se sienta más frustrado o molesto a largo plazo.
2. Retoma con amabilidad, acércate a él, obtén su mirada o su sonrisa y permítele relajarse. Ya que esté más tranquilo, habla de lo sucedido, reconociendo su sentir y orientándolo a probar otras formas para pedir algo o expresarse.
3. No permitas que el berrinche funcione, es decir si lloro por una galleta o por un rato mas de tiempo de televisión, no cedas.
4. Observa cuáles son las actividades placenteras que lo ayudan a tranquilizarse después de una situación estresante y ofrécele alguna. “¿Qué te parece si cantamos la canción que te gusta?”, “vamos a leer un cuento”.
Evangelina Guey González
Psicoterapeuta y Coach de crianza
CEL. (52)777-328-22-77
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